6 de septiembre de 2009

Por Gabriela Laffargue

Desde hace años probé diferentes productos, hasta toallitas para que me quiten el exceso de brillo, pero luego de un rato aparecía.
La verdad es que me sorprendió. Desde la primera vez que usé el gel facial limpiador sentí una frescura total en el rostro y en ningún momento sentí sequedad o tirantez como solía pasarme.

Así que ahora me hice fanática del ritual desde el primer hasta el último producto y sentí la diferencia en mi rostro. Tengo la piel limpia, sin brillo, y sobretodo la noto totalmente equilibrada.